Cosmogonía
Del gr. κοσμογονία kosmogonía.
1. f. Relato mítico relativo a los orígenes del mundo.
Cosmología
Del lat. mod. cosmologia, y este del gr. κόσμος kósmos ‘universo’ y el lat. -logia ‘-logía’.
1. f. Parte de la astronomía que trata de las leyes generales, del origen y de la evolución del universo.
El ser humano lleva milenios mirando al cielo nocturno, a esa ventana hacia un universo fuera de su alcance, y haciéndose las mismas preguntas. Una de ellas, la que nos ocupa en este post es ¿de dónde venimos?
Cada civilización ha creado (con más o menos préstamos de culturas vecinas, cuando no robando descaradamente mitologías ajenas) sus propias explicaciones al origen del universo, del planeta y de la propia especie humana. En un tiempo anterior a las herramientas actuales que le permiten a la humanidad conocer cada vez más sobre las razones físicas y científicas de la existencia, los humanos recurrieron a lo que tenían a mano: las historias.
Lo que hoy conocemos como cosmogonía no son mas que las historias que diversas culturas humanas han contado generación tras generación para explicar la existencia de su mundo. A lo largo del planeta se han contado muchas versiones del origen del universo: La mezcla entre orden y caos, entre hielo y fuego, entre el cielo y la tierra, un diluvio o una inundación que barre con lo que ha habido antes.
El paso de los siglos y los avances tecnológicos han conducido al desarrollo de la ciencia moderna. Mediante las herramientas actuales los humanos han descubierto que las estrellas no están pegadas a la bóveda nocturna, que es la Tierra la que gira en torno al Sol, y que el espacio no está lleno de éter. Han podido observar planetas distantes, y calcular la edad del universo. Las teorías científicas sobre el origen del universo son diversas, pero ya no están basadas en la tradición oral, sino en la ciencia moderna.
Cosmogonía y cosmología. Dos caras de la misma moneda. Dos explicaciones diferentes para la misma pregunta. Una pregunta que tú también debes hacerte sobre el mundo que estás creando. ¿Qué le ha dado origen?
Tu mundo puede ser el fruto de la unión de dos dioses primigenios. O de la guerra entre dos fuerzas primordiales del universo. O quizá de la curiosidad, la creatividad o el aburrimiento de unas divinidades que sus creaciones jamás podrán entender. Hay muchas opciones para el origen divino de tu mundo, y también otras tantas para presentarle al lector esa apasionante historia.
La cosmogonía puede estar presente en la cultura del protagonista mediante el cuento que una madre relata para dormir a sus pequeños, o la historia que un bardo canta en la taberna donde tu protagonista va a conocer a sus compañeros de aventuras. O incluso puede formar parte del misterio de la historia que vas a contar, un origen secreto que va revelándose lentamente ante el protagonista y el lector. O quizá ser más sutil, y no presentarse abiertamente, pero sí marcando claramente los elementos culturales.
O quizá los seres que habitan tu universo hayan olvidado por completo sus mitos de creación, o su civilización haya decidido olvidarlos en pos del avance científico. ¿Qué clase de universo rodea a tus personajes? Si se ha originado con un Big Bang, ¿están en la misma fase que el nuestro, o quizá es una civilización tardía en la que la entropía y el enfriamiento del universo ha empezado a causar estragos en sus habitantes? Quizá es un universo interconectado con uno paralelo mediante la teoría de cuerdas, y cruzar de uno a otro (u otros) no es una cuestión extraordinaria. Quizá sea una simulación, y sus habitantes no sean conscientes de ello (o lo estén, y ese sea uno de los conflictos presentes en la historia). Incluso deshaciéndonos de los elementos fantásticos y mitológicos, hay muchas opciones para un universo de ciencia ficción.
En muchas historias ni la cosmogonía ni la cosmología son importantes ni afectan al desarrollo de la historia que quieres contar. Pero incluso unos pocos minutos dedicados a este tema podrían abrirte algunas opciones interesantes de las que partir para desarrollar la religión del mundo que estás desarrollando, por ejemplo. O sobre la existencia de mundos paralelos, del flujo del tiempo o cosas que ni siquiera se me ocurren ahora mismo.
O puede que se te ocurran cosas para este tema desarrollando alguno de los otros. Y es que el worldbuilding no es una tarea lineal, estando muchos temas tan interconectados con otros. La numeración en las entradas es más para mi propia organización que un orden estricto que tú debas seguir a la hora de desarrollar tu mundo.
Me encantaría escuchar vuestras ideas en cuanto al origen de vuestros mundos, así que podéis dejarme comentarios más abajo, o en mis redes sociales.
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