La princesa de invierno, de Paula Gallego
Ediciones Kiwi
ISBN: 978-8419147080
Páginas: 686
Tapa blanda / Ebook
Nota: 5/5
Sinopsis: La corona y el reino están en juego y Elara no dudará en luchar para recuperarlos, incluso si eso significa unirse al enemigo. ¿Estará dispuesta a todo?
Tras su última conquista, el joven rey Soren de Runáh se ha labrado muchos enemigos. Para acercarse al pueblo y darle esperanza, decide convocar un torneo al que cualquier hombre o mujer podrá presentarse. El vencedor tendrá siete días para ganarse el corazón del soberano y reinar a su lado.
La princesa Elara forma parte de una familia de mujeres poderosas en Larisia. Su abuela es una gran lectora de estrellas muy querida por el pueblo y una de sus madres ganó el derecho a gobernar cuando era joven, igual que lo hizo ella después.
Cuando Elara descubra que quizá exista una forma de volver a ser la reina que los suyos necesitan, no dudará en presentarse al torneo. Sin embargo, el rey ya la conoce, pues se enfrentaron en un duelo a muerte que el destino, la suerte o la traición quisieron anular. Por eso, para que no la descubra, tendrá que ocultar su identidad.
Soren intentará conservar la cabeza, y también el corazón, en una corte cada vez más peligrosa desde que la princesa está cerca. Elara luchará para recuperar la corona que le han arrebatado, incluso si eso significa unirse al traidor que destronó a su madre.
El rey tuvo unos meses para conquistar cinco reinos, yo tengo siete días para conquistarlo a él.
Si te gustan los enemies to lovers, sazonados con un poco de intrigas palaciegas, profecías, y gestas épicas, esta es tu novela.
La princesa de invierno nos traslada a Runáh y a Larisia. El libro empieza con la guerra que el rey Soren ha emprendido con el objetivo de conquistar este último reino (después de haber conquistado los tres que hay de camino). El resultado de dicha batalla está expuesto en la sinopsis, así que esto no es más que una presentación, una introducción a las motivaciones de los personajes, a sus personalidades. Y hace un trabajo magnífico, además de darnos una escena muy potente entre los protagonistas, que incluso se referenciará más adelante en la historia.
Después de los marcos que ponen esos primeros capítulos todo cambia. O bueno, al menos lo hace para los personajes de Larisia. Elara, enviada junto a su familia a una propiedad secundaria, se culpa por el destino al que se ha visto abocada al perder la guerra. Con la pérdida de la posición de su familia, y también con la pérdida de personas importantes para ella. Pero lejos de dejarse llevar por ese sentimiento, y guiada por las profecías de su abuela, una lectora de estrellas, da con la manera de seguir luchando por su pueblo.
Unos pocos capítulos después descubrimos que igual la abuela no estaba alucinando, ni ofreciendo consejos esperanzadores pero vacíos a Elara. Y el anuncio que hace Soren sobre un torneo para encontrar a un pretendiente (empujado a casarse por el Consejo) es el pistoletazo de salida de la historia que este libro nos cuenta.
No voy a contar más sobre la trama, porque ya sería entrar en spoilers. Lo que sí puedo decir es que el libro en ningún momento decepciona, y lo que parece la trama principal hacia la mitad del libro solo es una parte de un todo mucho más grande y complejo. La novela tiene un ritmo más que adecuado, dejándose leer con facilidad, pero en ningún momento se siente apresurado. La autora ha elegido centrar cada capítulo en un personaje, y lo cuenta desde su punto de vista. Y eso nos permite conocer los sentimientos, las reflexiones, de cada uno de ellos sobre los eventos que van sucediendo. Y además lo hace muy bien. En ningún momento sientes estar perdiéndote información de los demás personajes porque un capítulo se centre en alguien en específico. Además, al ser capítulos relativamente cortos, permite el flujo entre ellos sin dejar a nadie sin voz antes ciertos eventos.
Y hablando de los personajes. Qué personajes. Redondos y construidos con mimo y cuidado, es imposible confundir a uno con otro. Todos, incluso el que parece más impasible, está lleno de sentimientos complejos que le dan a sus acciones una capa de profundidad muy interesante. Al principio algunos dan la impresión de ser estereotipos, pero esa idea se desvanece tarde o temprano (para algunos, más temprano que para otros, pero eso no es un problema).
Centrándonos en los dos protagonistas, Soren y Elara, son magníficos. Soren se une al club de husbandos de moralidad gris y pelo negro que demuestran que igual hay algo mas debajo de la fachada que le enseñan al mundo. Sus motivaciones tienen motivaciones, y en sus interacciones con Elara vamos descubriendo que no todo era como parecía. Esto no lo libra de algunos defectos, por supuesto, y algunos de ellos afectan a sus relaciones con sus allegados. Elara, por su parte, es exactamente lo que nos muestran al principio. Valiente, algo temeraria, con cierto complejo de héroe (o de atlas, incluso). Y aun así, mientras avanza la historia vamos descubriendo más capas en un personaje que inicialmente parecía casi demasiado simple.
Otra cosa que me encanta de la novela es que, aunque se centra en una relación hetero, está llena de diversidad. Elara y Kol tienen dos madres. El propio Kol es gay (o al menos, no se ha confirmado que sea bisexual). Elnath es bisexual. Durante el anuncio de Soren sobre su matrimonio llegan a preguntarle si él o la pretendiente son conscientes de ello, y en el torneo participan hombre y mujeres por igual. Y nadie parece tener problemas con las relaciones pre-matrimoniales, ni le dan ningún importancia a experiencia, o falta de, en términos sexuales. Esto no significa que el libro sea +18. De echo, las únicas escenas explicitas son de besos, y aunque hay referencias a escenas sexuales, todo son fundidos a negro. Todo está escrito con elegancia, igual que el resto del libro, con un toque único.
Y el final te deja con el corazón partido en dos (los que lo hayan leído sabrán porque esto es literal), e intrigada y sorprendida por lo que el prólogo deja caer. Y como toda la información desvelada en los últimos capítulos hacen que el principio tenga muchísimo más sentido, más cohesión, más de todo. Es una novela hilada con muchísimo cuidado, con una atención al detalle increíble.
El worldbuilding, que ya sabéis que aquí nos gusta mucho, es también muy bonito. No es una cosa épica, llena de leyendas sobre gestas contra dioses o criaturas poderosísimas. No, es un mundo hecho para personas normales, y aun así está lleno de cosas impactantes, terribles algunas y sorprendentemente bellas otras.
La princesa de invierno es una novela que sabe a inicios cálidos, despedidas amargas, y promesas vibrantes. El prólogo te hace ansiar, necesitar, suplicar, por una segunda parte. Y el worldbuilding y sobre todo, los personajes, te hacen querer conocer más del mundo que Paula Gallego ha abierto ante nosotros.
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