El Alfil y la Dama, de Mar García
Akane Editorial
ISBN: 9788419305060
Páginas: 308
Tapa blanda / Ebook
Nota: 5/5
Sinopsis: El Ajedrez no es lugar para aquellos que no tienen nada que ofrecer al sistema. Aveck Makreen lo sabe bien, porque se ha criado con los Peones y ha tenido que sobrevivir entre el hambre, la pobreza y la falta de derechos. Ahora que ha conseguido ascender a Alfil, planea planea ofrecer al sistema todo lo que le pida hasta alcanzar las piezas mayores… y hará cualquier cosa que esté en su mano para conseguirlo.
Dyna Swing es una Dama muy poderosa, hija del Rey Supremo, que puede tener todo lo que quiera en cuestión de segundos. Odia las injusticias de las piezas menores y la crueldad de las piezas mayores. Para cambiar las cosas debe ascender a Rey y heredar el puesto de su padre… y hará cualquier cosa que esté en su mano para conseguirlo.
El destino hará que sus caminos se crucen porque tienen un enemigo en común: la Dama de Elvan Isu.
Los únicos que pueden salir son los reyes, las piezas más importantes de El Ajedrez; por eso quiero su puesto, por eso voy a arriesgarlo todo para conseguirlo.
Hace unos años hubo un boom de distopías adolescentes/jóvenes adultas. Si os gusta el género con toda seguridad lo recordareis. Si no os gusta… es posible que también. ¿Recordáis esos libros? Bien, pues ahora olvidaros de todo eso, porque El Alfil y la Dama es completamente diferente. Ojo, no estoy despreciando esas novelas. Pero la obra de Mar Garcia rompe con muchos de esos esquemas, y no necesita aferrarse a los clichés más típicos del género para que la narración siga adelante.
Empezando con los personajes. Dyna Swing no es una chica perdida, el promedio dentro del promedio, insegura e inconsciente de sus habilidades. Dyna Swing es la realeza de su mundo, es inteligente y capaz y tiene una seguridad en sí misma apabullante. Pero no solo eso: Dyna es carismática, apasionada y tiene una cualidad que le impide volverse la villana de esta historia: empatía y un corazón enorme. Es una mujer fuerte, pero se aleja de lo que en los últimos años se ha venido llamando “mujer fuerte”, porque (por mucho que me gusten las que sí lo hacen) Dyna no necesita usar la violencia y los puños para conseguir lo que quiere.
Ok, ok, esa es nuestra protagonista femenina. ¿Y el masculino? Pues aquí tenemos a Aveck Makreen. Aveck ha superado todas las expectativas puestas en alguien que ha nacido en el estrato más bajo de la sociedad del Ajedrez. Es inteligente, astuto y está absolutamente decidido a convertirse en una Dama. Esto le granjea enemigos, pero a Aveck no podría importarle menos, porque es muy capaz de cubrirse las espaldas. Aun así, hay límites que no cruzaría fuera del tablero de ajedrez.
Y aunque a simple vista ambos parezcan muy parecidos, cuando interactúan no lo son. Y es precisamente que ambos sean tan rápidos de mente lo que hace que congenien, pues son capaces de responder al mismo nivel que el otro. Me resulta muy interesante el elemento de respeto que envuelve a su relación. No solo respeto hacia el otro como persona (algo que debería ser básico, si me lo preguntan), sino hacia sus capacidades. Cierta admiración, incluso. Además, si bien por parte de uno de ellos la atracción es instantánea, la relación se desarrolla y conforma de forma pausada. Si, El Alfil y la Dama es más bien para los amantes del slowburn que del instalove.
Como en toda distopía, el enemigo real es el propio sistema, pero también tenemos un antagonista de carne y hueso: Elvan Isu. Elvan es despiadado y hará todo lo posible para conseguir sus objetivos. Es inteligente, si, pero su ego, su obsesión y su ambición lo ciegan, limitando sus capacidades lógicas. Demuestra ser cruel, también. Y comentaría cosas sobre su destino al final del libro, pero igual no es un comentario adecuado para el blog, y además no quiero spoilear.
Y aunque quiero fangirlear un poco más sobre Aveck y Dyna, vamos a pasar a hablar sobre la trama y la narración. Pero antes quiero hablar un poco del mundo.
El Alfil y la Dama transcurre en una ciudad llamada El Ajedrez. Es una ciudad cerrada, con muros tan altos que no se puede ver el exterior ni siquiera desde el edificio más alto. La ciudad está dividida en diversos territorios, marcados por las piezas del ajedrez: peones, caballos, alfiles, torres, damas y reyes. Por encima de todo está el Rey Supremo (en este caso, el padre de Dyna). Cada ciudadano es una de las piezas, y esto marcará su sueldo, sus opciones de trabajo, de vivienda y en general, su estatus. La única forma de mejorar la pieza es ganando en El Tablero, una competición anual de carácter voluntario. Para ello los ciudadanos de El Ajedrez pueden ir, a partir de los 16 años, a La Caja, una especie de academia donde practicar sus habilidades físicas, mentales y artísticas. Al final del año serán divididos en grupos y competirán en una competición mitad partida de ajedrez, mitad juego de capturar la bandera, con asesinatos incluidos. Es brutal, y es fácil acabar muerto, y no siempre será durante la competición. Aveck nació siendo peón, pero ha ascendido a Alfil, y quiere seguir subiendo. Dyna y Elvan, por su parte, son damas. Y aunque ambos quieren ascender a reyes, lo hacen por motivos muy diferentes.
Me encanta la idea. Y lo que más interesante me resulta son la falta de violencia e imposiciones explícitas. Ojo, esto no significa que sea un mundo utópico, nada más lejos de la realidad. Porque las imposiciones son de carácter económico y social. Las piezas superiores miran a las inferiores con desdén, y aunque tienen ambiciones, desprecian las de las piezas inferiores. En La Caja todos son competidores, incluso las piezas del mismo nivel, y las relaciones siempre son de interés. En El Ajedrez la violencia está oculta a la vista, y siempre bañada en un aura de civismo y excusas sobre ser mejores y superar los límites.
Ya ubicados en el mundo, sigamos.
La historia se inspira de forma muy libre en el mito de Apolo y Dafne. Las bases están allí, pero la introducción del ajedrez marcan mucho más tanto la trama como la narrativa del libro. Sin embargo, me gustan las referencias a ambos temas. Elvan, el antagonista, le pide a Dyna un favor a cambio de otro: distraer a Aveck para que sus resultados en la competición de La Caja bajen. Dyna acepta a cambio de que Elvan ejerza un poco de influencia para ayudarla a subir su posición en El Ajedrez. Esto ya marca la diferencia entre ambos: Aveck solo amenaza el ego, no la posición de Elvan, y aun así quiere deshacerse de la competición. Dyna, por otro lado, marca claramente los límites que no quiere pasar, al menos de cara al lector. Durante toda la historia Dyna trata de mantener el equilibrio entre lo que El Ajedrez espera de alguien como ella (una ambición sin límites) y los límites que ella no está dispuesta a cruzar.
Demás está decir que el plan de Elvan no termina de salir como quería, pero Dyna y Aveck empiezan a trabajar juntos para mejorar sus respectivas posiciones de cara a El Tablero de ese año. La relación entre ellos es muy orgánica, muy natural. Ambos tienen carisma, sin opacar al otro, y sus respectivas inteligencias les permite estar a la par mientras hablan. Pero cuanto más se relacionan, más evidentes son, al menos para sí mismos, los sentimientos que tienen por el otro. Dyna, que sabe secretos que no puede contarle a Aveck (y que yo no puedo contaros a vosotros) hace lo posible para mantener las distancias.
Todo esto conduce a un tramo final de la novela lleno de tensión, tanto por los sentimientos, como los secretos y la enemistad de Elvan hacia ambos. Si bien los pocos capítulos que transcurren durante El Tablero son pocos, están llenos de adrenalina y sentimientos, y algún que otro susto.
¿Estoy alargando la reseña para no tener que pensar en el final? ¡Pues claro que estoy alargando la reseña para no tener que pensar en el final! Porque el final os va a dejar llorando por las esquinas, abrazando el libro o el aparato en el que estéis leyendo, pidiéndole a alguien que os traiga la mantita de seguridad.
Y es que ya lo dijo Mar en la presentación en La Horda Podcast: se inspiró en los retellings de mitología de Iria y Selene. Y de allí no podía salir ningún final feliz.
Además, si os sabéis el mito de Apolo y Dafne, ya podeis imaginar por dónde van los… tiros.
Te amodio, Mar, pero amo esta novela, por mucho que me duela.
El Alfil y la Dama es una novela para acompañar con un té blanco o negro, dependiendo de cuantos escrúpulos tengas ese día. Y una caja de pañuelos, porque los vais a necesitar. Una grande. Y una almohada en la que ahogar los gritos, si no vivís solos. Quien avisa no es traidor.
Quiero agradecer a Akane la colaboración y la oportunidad de leer y reseñar esta maravilla. ¡Espero que El Alfil y la Dama tenga el éxito y reconocimiento que se merece!
Aviso de spoiler: Dyna es asexual, y Aveck es un chico trans. La representación en este libro es fuerte, y es magnífica y quizá, solo quizá, el amor hacia Mar es más fuerte que el odio por el final.
Deja una respuesta